¿Cuántas
veces nos hemos encontrado con la mochila del cole repleta de libros,
cuadernos, y decenas de actividades por delante?... no sabemos por dónde
empezar, y nos agobiamos tan sólo de ver la cantidad de tarea que nos espera durante
toda la tarde. Pero... ¿es esto positivo para los alumnos/as?
No creo
que sea ni beneficioso, ni necesario abarrotar de tareas a los alumnos y
alumnas para que ¿aprendan? Si, permítanme que lo dude. No entiendo por qué se
piensa que porque manden de cada asignatura decenas de actividades el alumno/a
va a asimilar mejor lo que han explicado, o intentado explicar. Personalmente creo que las actividades pueden
ser una herramienta de asimilación, (aunque no debe ser la única). Bien es
cierto que los deberes pueden ser positivos, puesto que desde primaria se debe
de ir creando esa responsabilidad, constancia y compromiso en el trabajo;
además de que existen asignaturas en las es necesaria más práctica para su
asimilación, pero esto no quiere decir que tengamos que atiborrar de tantas
actividades a nuestros alumnos/as.
En
primer lugar creo que el gran fallo que se comente por parte de los profesores
es la falta de coordinación entre ellos. Debemos de ser conscientes de que
existen varias asignaturas y que si cada uno manda para casa unas 10
actividades, eso multiplicado por sólo 3 de ellas dan como resultado una tarde
de angustia, nervios y lo que es peor la ayuda de los padres para realizar
estas actividades, con lo que al alumno/a no le va a beneficiar en absoluto,
para empezar porque ni ellos mismos las van a realizar.
Por
otro lado, debemos de saber que a mayor número de actividades, mayor cansancio
por parte de los alumnos/as, con lo que llegará un momento en el que, por mucho
que estén realizando actividades, estas no van a estar sirviéndoles de nada ya
que llegado a un punto el cerebro deja de asimilar conceptos debido a la fatiga
y el cansancio. Por no hablar de la
diversidad de alumnos que existen hoy en la escuela. Al estar en una escuela
cada vez más plural, el alumnado será cada vez más diverso, y habrá niños/as
que podrán realizar un número determinado de actividades, pero otros no
(pensemos en los alumnos/as con TDAH), así que debemos pensar también en ello.
Por
último y no por ello menos importante, es que a la hora de mandar una tarea hay
que prestar atención al feedback. Es decir, debemos comprobar que los alumnos
, y si no ha sido así el motivo de esto. Con
lo que a mayor número de actividades menos posibilidad de realizarlo…¿no
creen?. No olvidemos también el que las actividades que se manden deben de ser
explícitamente de lo trabajado en clase. Es más, para mí es ideal mandar las
actividades al principio de la clase, y explicar en el transcurso de la misma
cómo deben de realizarlas, o el contenido que van a necesitar para hacerlas
correctamente.
En
conclusión, los deberes pueden ser algo positivo, siempre que se manden con
racionalidad y mesura sin necesidad de atosigar y desmotivar por consiguiente a
los alumnos.
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