Estamos
en el arranque del nuevo curso, se van acercando los primeros exámenes y
estamos comenzando a agobiarnos… ¿cierto?
Dejando
a un lado el debate de si los alumnos/as deben o no hacer tarea en casa. Lo
cierto es que la realización de los deberes fuera de las horas lectivas de
colegio para los alumnos/as, es algo básico en el Sistema educativo español.
Existen los defensores de las mismas, cuyo argumento se basa en que las tareas
ayudan a reforzar los conocimientos vistos en clase, que ayudan a crear hábito
de trabajo y responsabilidades, disciplina… además de reforzar la concentración
y la memoria. Por supuesto, es labor y responsabilidad de los alumnos/as, pero
los padres tienen a su vez un importante papel, que no es otro que el de
vigilar, apoyar y seguirlos para que cumplan con la tarea de forma adecuada,
resolver dudas; pero nunca, nunca, hacerles los deberes. Para
llevar bien esta gran responsabilidad, es conveniente conocer cuáles son los
errores más comunes que cometen los padres a la hora de realizar los deberes
con sus hijos y cómo solventarlos. ¿Y cuáles son?
Aquí os dejo algunos de los más
comunes:
En su
lugar debemos procurar que el momento de hacer deberes sea en un lugar fijo, (es
mejor si es su propia área de estudio). Si no se dispone de él, en un ambiente
de silencio y trabajo general en la casa, sin distracciones, sin tele, con el
móvil apagado. Es importante que en la medida de lo posible cuando ellos
estén trabajando, los padres también lo hagan, que aprovechen ese momento para leer o hagan algún tipo de
trabajo relacionado, para que les mande un buen mensaje haciendo una tarea similar a la que está haciendo del alumno.
2.
Protestar sobre la cantidad o calidad de los deberes
Debemos
aceptar la realidad. Los deberes son los que son y los que tocan. Si vemos que
nuestro hijo está sobrepasado con los mismos, podemos notificarlo a su tutor/a
o al profesor/a de la materia en cuestión si fuese el caso, pero en casa
debemos respetar en la medida de lo posible la decisión del profesor/a. Tengan
en cuenta que se les está preparando para la vida, y en la vida se encontrarán
con mucho esfuerzo y trabajo.
3.
Hacerlos nosotros
Esto no
les ayuda de ninguna forma, ni adquieren autodisciplina, ni la capacidad de
trabajar, ni conocimientos. Deben de
hacerlos ellos, es fundamental para su organización y autoestima. Si por alguna
razón no los han podido hacer, se le debe de comunicar al profesor/a y si lo ve
necesario él o ella les ayudarán a dar con la mejor solución.
4. Pensar
en los deberes sólo como nuevos aprendizajes de conocimientos
Las
tareas escolares son refuerzos para el aprendizaje y, sobre todo, una ocasión
para aprender a trabajar de forma autónoma. Los padres pueden explicarles las
dudas, pero es mucho más razonable ayudarles a encontrar la respuesta que
buscan: en sus propios libros de texto, en internet…afortunadamente hoy
contamos con multitud de lugares en los que encontrar información.
5. Que los
deberes no se conviertan el «momento regañina» de cada día
Tenemos
que convertir este momento en un rato de paz y tranquilidad. Si el alumno tiene
dificultades, puede y debe consultarlas con sus profesores al día siguiente, o
bien buscar a algún profesional que pueda ayudarle en casa o en algún centro
especializado. Es muy perjudicial crearles ansiedad o malestar ante lo
relacionado con la escuela.
Debemos tomarnos un instante y acompañarle, soltar los móviles, el ordenador y estar disponibles para ellos, mirándoles y
escuchándoles de forma comprensiva cuando así lo requieran. No debemos ponerles
nerviosos y sí debemos transmitirles confianza.
7. No
hablar con los profesores
Tenemos
que potenciar el diálogo y la colaboración con los profesores y consultarles por
la evolución del niño/a y si hace falta alguna ayuda extraescolar.
8.
Permitir que afronten las tareas escolares cuando están agotados de las tareas
extraescolares
Las
actividades extraescolares son necesarias pero no pueden ser obsesivas. Los
alumnos pueden tener demasiadas modalidades: deporte, idiomas, música, o todo a
la vez. Es mejor priorizar y adecuar estas a su personalidad e intereses. También es aconsejable que haya tardes en las que sólo haya que jugar en
casa y estudiar.
9.
Dedicarle toda la tarde a hacer las tareas
En
muchas ocasiones los niños/as no tienen un control sobre el tiempo que le
dedican a las tareas, muchas veces nos vemos en la situación de que para una
sola asignatura llevamos toda la tarde. Es muy importante el establecer una
hora de inicio y una hora de fin para cada materia (no siempre tiene que ser el
mismo, debemos tener en cuenta cantidad y densidad de la materia) y que se
lleve a cabo. Al principio les puede costar, pero por experiencia sé que da
buen resultado, más si se les plantea como un reto o juego.
Y esto me lleva a la última cuestión.
10. Cuánto
tiempo tienen que dedicarle a los deberes y al estudio
A cada
edad su tiempo. Teniendo en cuenta que a partir de los 6 años ya son autónomos
para empezar a hacer los deberes solos, voy a explicaros qué tiempo es el
conveniente para cada etapa educativa (de forma general, debemos tener en
cuenta que cada niño/a es diferente y por tanto según el caso estos tiempos
pueden llegar a variar).
De 3-5
años: con 15 minutos es suficiente para que los más pequeños lean o ejerciten algunos
cálculos matemáticos.
De 6 a
8 años: entre 30 y 40 minutos.
De 8 a
10 años: una hora.
A
partir de esa edad: entre 60 y 90 minutos.
En
Bachillerato: entre dos y cuatro horas.
Para
finalizar os dejo con una serie de consejos que pueden ayudaros.
Como ya
he comentado anteriormente, debemos establecer una hora de comienzo y otra de
finalización.
Hacer
una pausa de entre dos y diez minutos cada hora de estudio.
No
empezar por la asignatura más difícil, ya que pasados 30 minutos es cuando los
niños alcanzan su máximo rendimiento. A la hora y media, el rendimiento
disminuye por lo que podrán afrontar mejor las asignaturas más fáciles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario